EL ARTE DEL CRAFT - XI
Posted by Mariana Scaravilli on Oct 8, 2017

 

XI

Si aspiramos al craft, buscaremos un craftsman para que nos introduzca en su craft. Ante su presencia estaremos en la presencia del craft. Si somos lo bastante afortunados como para encontrar un craftsman que emprenda nuestra instrucción, continuamos un proceso que lleva al aprendizaje. Cuando se provee el aprendizaje, el centro de gravedad de la vida del anteriormente aprendiz está al nivel del craftsman. Con el tiempo, el craftsman es generalmente llamado a enseñar. El craftsman sabio dirá que no. A menudo ha dado alguna instrucción informal a individuos ocasionales, y si esto ha servido a algún propósito ha sido el de mostrar al craftsman la naturaleza endeble de su responsabilidad, aquellos que anhelan una vida cómoda, o en sus cabales dirán que no. Pero la aceptación de la enseñanza, de dar instrucción, no es una decisión racional. Aquellos que tienen la insensatez, la presunción, o que reconocen la necesidad, comienzan el aprendizaje de la maestría.

El craftsman enseña mediante lo que hace.
El maestro enseña mediante quien es.

Lo primero que un docente aprende es la imposibilidad de enseñar. Por tanto, el docente es inmediatamente un estudiante, su propio estudiante. Excepto que, al aprender un craft, aprende las leyes del aprender, y éstas las puede aplicar a sí mismo en el craft de enseñar un craft. El craftsman sabe que, en un sentido, él es su craft: él es la encarnación de las fuerzas particulares y las cualidades que hacen al craft reconocible. Un craft junta dos mundos incompatibles: la vida del craftsman reconcilia la imposibilidad. Si se sale él mismo de la vía del craft, quizá el craft pueda hablar directamente al aprendiz. Luego, el rol del docente es el de aceptación. El aprendiz aspirante encarna la cualidad de la afirmación: yo busco la música, ayúdame. El craft mismo es el agente de reconciliación. El docente es la madre para el craft, y para su emerger en el mundo; el aprendiz, quizá extrañamente, es el padre. Cada uno juega un rol de forma que el patrón pueda desplegarse, y este patrón en despliegue es parte del acto creativo: docente y estudiante son los padres de su craft. El niño es una encarnación del craft que da cuerpo al craft mismo. El craftsman aprende que éste es un niño que ha elegido a sus padres.

En el craft de tocar la guitarra, el craft no está en tocar la guitarra: está en tocar al guitarrista. Pero, ¿quién toca al guitarrista? Hacer música no trata sobre hacer música, trata sobre hacer al músico: cuando el músico está hecho, también lo está la música. Sin embargo, la música nunca está ausente.

En este punto, el docente estará manejándose con las nociones erróneas del aprendiz. El músico aprendiz, por ejemplo, tiene muchas ideas brillantes sobre la vida del músico, quizá, incluso, cómo hacer del mundo un mejor lugar con la música.

El docente dará instrucciones claras al estudiante, de manera que el patrón del craft sea claramente presentado de una manera práctica, coherente y satisfactoria. Entonces, el docente confundirá al estudiante. La mente mantiene el patrón delante de nosotros, nos guía desde donde estamos hacia donde estamos yendo, y nos muestra nuestro lugar en el patrón en cualquier momento. Esto es valioso y, si tenemos la intención de participar plenamente en un proceso, incluso necesario. Pero parte de la mente identificará al craft con una serie de reglas, como si el craft mismo fuese meramente un método. El estudiante perspicaz y dedicado mostrará su conocimiento y difundirá su adhesión a su craft, proclamando los detalles de sus instrucciones: claras, inteligentes y coherentes. Inflado con sus ricas revelaciones ganadas en presencia de la autoridad, no representa a su craft. El aprendiz cree que ha comprendido, que una idea ha cobrado vida en él. Olvida que el docente es también un aprendiz, y comete los mismos errores que él, en nombre del craft. Con suerte, la calidad de los errores es más elevada: incluso, no se cometen errores. Y puede que no entienda que su docente ha estado enredándolo. Parte de este enredo está en presentar el craft como un método racional, coherente e inteligible. Entonces, habiéndole concedido al aprendiz la seguridad de permitirle a su mente que se fije sobre este patrón verdadero, la mente es perturbada. Puede que la mente nunca se vuelva un sirviente honesto y fiable, pero si se le roba su inteligibilidad aparente, es más fácil rebatir sus pretensiones.

El craft puede ser conocido, y reducido a una serie de formulaciones, o descripciones. Tiene un patrón que se puede aprender, contener y absorber, y luego describir. Pero esto no es entender. Cuando uno intenta penetrar un craft con el saber, éste nos elude. Así es como nos acercamos al misterio en el craft: está más cercano a nosotros que lo que lo estamos de nosotros mismos, ¿pero qué podemos hacer? Así que, el docente perturba la mente del aprendiz, de forma que el apego que tiene a éste se debilita. En el momento de soltar, el aprendiz tiene una experiencia de lo que significa ser un maestro: un estado de dejar ir, constantemente; un estado de aplicación, constantemente; e inocencia en la contradicción de actuar y no actuar. Esto es arte: actuar con la asunción de la inocencia dentro de un campo de experiencia. Saber esto en el momento de abandonar la confianza sobre la infalibilidad de la mente, el estudiante conoce por su propia experiencia la cualidad del abandono. Esta cualidad puede ser ahora consultada y aprovechada siempre. El aprendiz ha tenido un acceso al mundo del maestro. Luego, cae a tierra.

El docente reconocerá las magulladuras: él tiene muchas propias en las mismas partes, y también en otras. El que le ofrezca al aprendiz un bálsamo o un asiento duro dependerá de la naturaleza del estudiante y de la situación que los gobierne a ambos. Hasta ahora el docente ha estado enredando al aprendiz hasta el punto de caer a tierra. Ahora, el aprendiz ha visto qué necesita para continuar, y puede elegir si continuar o no. Antes, lo que había era mayormente imaginación. El enredo del docente ha consistido en halagar, reforzando esa parte del estudiante que busca genuinamente el craft. Parte del enredo son regalos gratuitos; quizá introducir al estudiante en las actuaciones en vivo, o ir de gira, incluso hacer discos. La actuación de la música es un privilegio, y el precio por adquirir ese privilegio es alto. Para el aprendiz el acceso fácil es un regalo, un regalo gratuito, cuyo costo es compartido por el docente y el craft. Algunos estudiantes volverán a buscar halago, para alimento de su imaginación. El docente juzgará la situación buenamente, quizá continuará adulando aquello que es menos en él, con esperanza. Quizá no. Algunos estudiantes volverán por los regalos gratuitos, o incluso pedirán que se les notifique cuando se distribuyan regalos gratis. Y algunos estudiantes reconocerán las magulladuras del docente, y le ofrecerán un bálsamo.

El docente tiene la protección del rol del docente. El craftsman en este rol probablemente se confundirá él mismo con la enseñanza, y adquirirá magulladuras frescas. Pero, estar sentado directamente sobre el asiento duro con las magulladuras doliendo, le recordará amablemente su presunción y no alimentará este engreimiento de nuevo. Y ésta es su seguridad: al dejar ir la idea, la realidad ocurre, y el craft habla a través del craftsman. El craftsman recuerda este momento, y es su propio aprendiz en el mismo estado que sus otros aprendices. En el rol, el docente no tiene nada que enseñar, pero responde a las indicaciones de la necesidad, guiado por el craft. El aprendiz crea al docente, al pedirle entrada al craft. Esto trae consigo la aparición del docente para permitir que esta entrada tenga lugar.

 

 

El Arte Del Craft - XII

Latest

Photos

Photos

Photos

DISCOVER THE DGM HISTORY
.

1940s
1950s
1960s
1970s
1980s
1990s
2000s
2010s
.